Camiones de carga eléctricos en México: ¿realmente son una opción viable en 2025?

Camiones de carga eléctricos en México: ¿realmente son una opción viable en 2025?

La transición hacia vehículos eléctricos ya llegó al transporte de pasajeros y autos particulares, pero cuando hablamos de camiones de carga pesados, la historia es mucho más compleja. Marcas globales ya tienen prototipos y modelos circulando en Estados Unidos y Europa, pero… ¿qué pasa en México?

¿Qué marcas están desarrollando camiones de carga eléctricos?

  • Tesla Semi: probablemente el más mediático, con autonomías de hasta 800 km y sistemas avanzados de seguridad.

  • Volvo Trucks (FH Electric, FM Electric): ya en operación en Europa con rangos de 200–300 km por carga.

  • Mercedes-Benz eActros: diseñado para distribución urbana, autonomía de 200–400 km.

  • Kenworth y Freightliner (propiedad de Daimler Trucks): ofrecen versiones eléctricas de camiones de reparto en EE. UU., con planes de expansión.

¿Representan un ahorro real?

  1. Costo inicial: Un camión eléctrico puede costar entre 2 y 3 veces más que uno diésel equivalente. Por ejemplo, mientras un tractocamión convencional puede rondar los $2.5–3 millones de pesos, un eléctrico supera fácilmente los $6 millones.

  2. Ahorro en combustible: La electricidad es más barata que el diésel (hasta 60% menos por km recorrido), pero… depende del acceso a cargadores industriales.

  3. Mantenimiento: Se estima entre 30–40% más barato, al no tener cambios de aceite, filtros, o reparaciones de motor de combustión.

  4. Baterías: Su reposición es cara (puede superar los $1 millón de pesos después de 8–10 años).

En números: Si tu flota recorre 100,000 km al año por unidad, el ahorro en combustible podría rondar los $500,000 pesos anuales, pero tardarías 8–10 años en recuperar la inversión inicial sin contar el reto logístico de la recarga.

¿Es logísticamente viable en México?

Aquí es donde aparece el gran reto:

  • Infraestructura de carga: Actualmente las estaciones de carga rápida en México se concentran en corredores urbanos (CDMX, Monterrey, Guadalajara). No existen redes nacionales robustas para tractocamiones de largo alcance.

  • Autonomía vs rutas reales: La mayoría de camiones eléctricos actuales ofrece 200–400 km de autonomía. En rutas como San Luis Potosí – Nuevo Laredo (700 km) sería inviable sin al menos 2–3 paradas de carga rápida… que aún no existen.

  • Tiempos de recarga: Incluso con cargadores de alta potencia, la recarga puede tomar entre 1 y 2 horas, contra 15 minutos de llenar un tanque de diésel.

  • Capacidad de carga: las baterías pesan más de 2 toneladas, reduciendo el volumen o peso neto de carga permitido.

Conclusión logística: Hoy, México no está listo para electrificar camiones de largo recorrido. Sí es más viable en reparto urbano, distancias cortas o flotas que operan en un radio limitado (por ejemplo, distribución en Monterrey o CDMX).

¿Y qué pasa con el seguro de un camión eléctrico?

Aquí está la pregunta que pocos abordan:

  1. Costo del seguro: Suele ser 20–30% más caro que un diésel equivalente, debido al valor de reposición más alto y a la falta de historial de siniestralidad en México.

    • Ejemplo: Si un camión diésel se asegura en $80,000–100,000 pesos anuales, un eléctrico podría costar $100,000–130,000 pesos anuales.

  2. Cobertura diferenciada:

    • Batería: Considerada “parte del vehículo” y cubierta contra daños y robo, pero los deducibles suelen ser más altos.

    • Asistencia en viaje: Más importante aún, porque el riesgo de quedarse varado por falta de carga es real.

    • Daños por incendio eléctrico o cortocircuito: Cláusulas especiales que no todos los seguros de carga tradicionales contemplan.

  3. Flotillas mixtas: Las aseguradoras suelen negociar paquetes diferentes para flotas que combinan eléctricos y diésel, lo cual puede ayudar a balancear el costo.

Entonces, ¿conviene un camión eléctrico en México en 2025?

  • Sí conviene si tu operación es urbana o regional y tienes acceso a infraestructura privada de carga (tu propia base con cargadores).

  • No conviene aún si tu negocio depende de rutas nacionales de más de 400 km sin paradas programadas, porque la red de carga no está lista.

  • El seguro existe y te protege, pero será más caro y especializado, con diferencias clave en cobertura de batería y asistencia.